viernes, 2 de marzo de 2012

El mensaje de las estrellas



El 19 de enero de 2006 a las 14,00h. (hora local, 19,00 UTC) fue lanzada con éxito desde Cabo Cañaveral la sonda espacial “New Horizons”. Su misión principal: la exploración de Plutón. Alcanzará la máxima aproximación al planeta, 12.450 km. el 15 de Julio de 2015.

La nave fue construida de aluminio con forma de triángulo con 76 cm de ancho y 2,1 m. de largo, y pesaba en el lanzamiento 478 kgs, 77 kg de los cuales corresponden al combustible. Cuando llegue a Plutón pesará sólo 445 kgs.

Actualmente viaja por algún punto entre Urano y Neptuno.

El 24 de Agosto de 2014 cruzará la órbita de Neptuno, exactamente 25 años después de que la Voyager-2 sobrevolara a este gigante gaseoso.

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“La verdad está ahí fuera”
(The X-files)


El 17 de Noviembre de 2014 la New Horizons captó un objeto desconocido. Lo analizó, fotografió, grabó las frecuencias que emitía y envió los resultados a la Tierra.

Robert “Rob” Spencer estaba sentado ante la pantalla de su terminal, acababa de llevarse a los labios su tercera taza de café de esa jornada cuando llegó el informe del New Horizons sobre el objeto desconocido, tuvo que escupir el café en la taza para no atragantarse.

-¿Qué diablos...? ¡Jim, ven a ver esto y dime que no tengo alucinaciones!

Jim Sterling, que estaba en la consola continua, se acercó y miró la pantalla de Rob.

-¡Jooodeeeeer!

-¿Ves lo que yo veo?

-¡Vaya si lo veo! ¡Esto es una bomba, tío!

Su diálogo llamó la atención de sus compañeros más próximos que se levantaron y se acercaron a ver el monitor de Rob. Minutos después había un corrillo de hombres alrededor de la pantalla.

Aarón Grant, jefe del proyecto, vio el revuelo desde su puesto de observación, se acercó haciendo grandes aspavientos y gritando:

-¿Qué demonios está pasando aquí? ¿Porqué han abandonado todos sus puestos? ¿Creen que todos esos datos se van a procesar solos?

Todos los técnicos regresaron corriendo a sus consolas para no tener que enfrentarse a las iras de su superior, no en vano le llamaban “Thunder” Grant. Naturalmente, solo le llamaban así cuando él no podía oírles.

Grant se acercó al monitor de Rob. Cuando vio lo que había allí, su mandíbula se desencajó.

-Creo que tengo que hacer unas cuantas llamadas importantes. Mientras tanto, que nadie hable de esto con nadie. ¿Queda claro?

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La NASA redactó un informe sobre el objeto en cuestión que constaba de 6.257 páginas que incluían fotografías, gráficos y análisis de diversa índole. Dada la trascendencia de dicho informe, el asunto quedó en manos de la ONU y su contenido fue declarado de interés mundial.

Dejando de lado todos los aspectos técnicos y científicos, de difícil comprensión para el público en general, el contenido del informe podía resumirse de este modo:

El objeto en cuestión era artificial. Se trataba de un mecanismo de origen desconocido cuya función estaba aún por determinar (probablemente una nave o sonda) de tamaño parecido al mismo New Horizons.

Emitía señales de tres tipos distintos: Luminosas, de radio y ultrasonidos. El motivo por el que, hasta ahora, no se había descubierto, era que dichas señales tenían un corto alcance, difuminándose totalmente al alcanzar la órbita de Júpiter. Las señales seguían una pauta y se repetían ciclicamente. Cada ciclo duraba 17,12 segundos. El significado de dichas señales no se había descifrado .

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Dos años después del descubrimiento, Pedro Velez, jefe de la Comisión para el Estudio del Objeto Alienígena, recibió la llamada de Karl Shwartz, jefe del departamento científico de la CEOA.

-Sr. Velez, tengo que verle, tenemos algo.

-Magnífico. Preséntese de inmediato en mi despacho. Ya era tiempo de que avanzáramos en nuestra investigación.

-“Nuestra investigación”-pensó Shwartz. Malditos burócratas. Seguro que ese gordo seboso acabaría llevándose la mayor parte del mérito, cuando lo único que había hecho durante esos dos años, se limitaba a esporádicas visitas a los distintos departamentos, molestando a los investigadores de verdad y presionándoles para que sacasen resultados lo más pronto posible.

-Ya sabemos lo que es ese trasto- dijo después de sentarse frente a Velez en su despacho.

-¿Y que es?

-Una baliza.

-¿Una baliza? ¿Y qué señaliza?

-Pues supongo que una posición, para eso sirven las balizas, ¿no?

-¿Pero, para que?

-Creo que marca un punto de paso de...

-¿De qué?

-De algún tipo de autopista galáctica, por llamarlo de algún modo.

-¿Me está diciendo que ese cacharro es una señal de tráfico?

-Creo que mas bien hace la función de mojón kilométrico, puestos a comparar.

-¿Como han llegado a tal conclusión?

-Como ya sabe, el artefacto emite tres tipos de señales.

-Luminosas, de radio y ultrasonidos, todo el mundo sabe eso.

-Hemos averiguado que cada una de esas señales, esta compuesta a su vez, por dos señales distintas. Una de esas señales es un simple pulso, un beep, si lo prefiere. Ese beep solo puede tener una función: el artefacto lo emite para que cualquiera que pase por ahí, sepa donde está. Eso es lo que nos lleva a pensar que es una baliza.

-Comprendo. ¿Y la segunda señal?

-Es algún tipo de mensaje. Por su estructura creemos que se emite en cuatro idiomas distintos, todos ellos desconocidos.

-¿Han conseguido descifrarlos?

-Esta mañana hemos pasado el problema al equipo de lingüistas. Están trabajando en ello.

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La noticia dio la vuelta al mundo en cuestión de horas y al día siguiente toda la humanidad especulaba sobre la naturaleza de dicho mensaje.

Se formaron tres facciones:

La más numerosa era la de “los Advertencionistas”, que, como su nombre indica, creían que el mensaje era una advertencia a la humanidad, para que dejáramos de lado nuestras tendencias belicionistas y autodestructivas.

En segundo lugar, estaban “los Instruccionistas”, se llamaban así porque creían que el mensaje era un manual de instrucciones para conseguir grandes avances tecnológicos y médicos.

La facción con menos seguidores la constituían “los Realistas”, decían que eran precisamente eso, realistas, y ya que ninguno de los cuatro idiomas en que estaba redactado el mensaje era un idioma terrestre, es que no era para nosotros.

En todas las televisiones del planeta se emitían programas de debate donde representantes de las tres facciones discutían y defendían su postura y las fotografías del artefacto que había tomado el New Horizons aparecían continuamente el las pantallas y en los periódicos.

La solución al gran debate no se hizo esperar demasiado.

Cuatro meses más tarde, la Dra. Jie Wu, jefa del departamento de lingüística de la CEOA, se presentaba en el despacho de Velez con la traducción del mensaje.

-¿Porqué no ha querido decirme de qué se trata Dra. Wu?

-Prefiero que lo lea en el informe usted mismo. Comprenderá porque cuando lo vea.

Pedro Velez cogió el informe, buscó directamente la página donde figuraba la traducción y leyó.

-¡Es una broma. Dígame que es una broma.!

-No. No es ninguna broma. Esa es la traducción del mensaje. Todos mis colegas están de acuerdo. Nos hemos asegurado bien de ello antes de presentar este informe.

-Pero...¡No puedo presentarme ante la comisión con esto!

-Ese, amigo mio, es su problema. Mis colegas y yo hemos hecho nuestro trabajo. Lamento mucho si la naturaleza del mensaje nos es la que nadie esperaba. Con su permiso, me retiro.

Velez no respondió. Estaba con los codos sobre la mesa y la cara hundida entre las manos. Jie Wu se marchó sin esperar el permiso solicitado.

Sobre la mesa estaba el informe, abierto por la página donde figuraba la traducción del mensaje extraterrestre. Velez no necesitaba leerlo de nuevo, las palabras habían quedado grabadas en su cerebro y jamás podría olvidarlas.

“Bienvenidos al punto de señalización nº 256.345 de la ruta galáctica 44.

Esta baliza está patrocinada por Casio-Cola, la bebida refrescante favorita de toda la galaxia.

Casio-Cola les desea un feliz viaje.”


FIN

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