jueves, 22 de diciembre de 2011

La importancia de escribir bien.

El año pasado publiqué por estas fechas un relato navideño.

http://ventanaaotrosmundos.blogspot.com/2010/12/embarazo-no-programado.html

Este año no iba a ser menos.

Aquel era un relato de ci-fi, este estaría enmarcado en el género de terror.

Espero que sea de vuestro agrado.

FELICES FIESTAS A TODOS.




El pequeño Timmy subió de un salto sobre la cama de sus progenitores despertándoles de golpe.

-Mami... papi... ya es Navidad. Vamos corriendo a ver que me ha dejado Santa Claus bajo el árbol.

Mami y papi se incorporaron en la cama frotándose los ojos para quitarse el sueño, pero con una sonrisa de oreja a oreja.

-Es muy temprano, Timmy-dijo papi.-¿Seguro que no prefieres dormir un poco más antes de bajar a abrir los regalos?

-¿Dormir? No hablaras en serio, ¿verdad?

Mami y papi rieron ante la respuesta del pequeño Timmy, se levantaron de la cama y le siguieron escaleras abajo hasta el salón gobernado por un bonito árbol de navidad bajo el cual se veían varios paquetes de vivos colores.

Mami y papi se sentaron en el sofá mientras observaban al pequeño Timmy abalanzarse sobre los paquetes.

El pequeño Timmy abrió el primer paquete, envuelto en papel con la publicidad de unos famosos grandes almacenes. Era un puzzle de 1500 piezas que, una vez montado, mostraría una preciosa puesta de sol en las Montañas Rocosas. Mami y papi eran unos grandes defensores del juguete educativo y cada Navidad había un paquete parecido bajo el árbol.

Eso no desanimó al pequeño Timmy que atacó con ganas el segundo paquete envuelto en papel verde estampado con motivos navideños. Era un coche de bomberos. Sin luces ni mando a distancia ni ninguna virguería electrónica. Un juguete como los que les gustaban a mami y papi, nada sofisticado, sin ostentaciones.

El pequeño Timmy dejó el coche a un lado, un tanto mosqueado, y abrió el tercer regalo, envuelto en el mismo papel que el coche de bomberos. ¡Una muñeca! Eso ya era el colmo. Mami y papi sonrieron, creían que los juguetes no debían ser sexistas, lo de la muñeca les pareció una idea magnífica.

Santa se la estaba jugando este año, pero entonces vio el cuarto regalo, envuelto en un papel de un rojo brillante y con un gran lazo dorado. Mami y papi se miraron extrañados. ¿De donde había salido ese cuarto regalo? El pequeño Timmy lo abrió y sus ojos se abrieron como platos. ¡Vaya pasada! ¡Una Uzi como las que llevaba Lara Croft!

Mami y papi estaban estupefactos. ¿Quien habría dejado ese regalo? Ellos eran grandes detractores de los juguetes bélicos.

-¡Mami... papi... mirad que chulada!-exclamó el pequeño Timmy apuntando a sus padres.

Apretó el gatillo y la Uzi empezó a vomitar plomo a una velocidad endiablada. Mami y papi salieron despedidos por encima del sofá como si alguien les hubiera empujado. El arma saltó de las manos del pequeño Timmy y cayó sobre la alfombra del salón con el cañón humeante.

Miró el arma intentando comprender que había pasado y después miró a sus papás. Mami y papi yacían en el suelo en medio de un gran charco de sangre que manaba por múltiples agujeros de sus cuerpos.

El pequeño Timmy había cometido un gran error. No había repasado su carta a Santa Claus después de escribirla y no se percató de que había escrito mal una palabra. Ese error hizo que la carta llegara a manos equivocadas.

¿Cuantos de vosotros se han percatado de que la palabra “Santa” es un anagrama de “Satán”?

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