Raúl
Costa estaba ensimismado en la contemplación de Júpiter a través
del amplio ventanal de observación de base Calisto. Nunca se cansaba
de la salvaje belleza del gigante gaseoso.
Calisto,
es la segunda luna más grande del sistema joviano después de
Ganímedes y, al igual que la Luna de la Tierra, su tiempo de
rotación es igual al de su órbita, por lo que siempre presenta la
misma cara al planeta.
Júpiter
parecía haberse detenido en el cielo de Calisto.
Frente
a él tenía la docena de pantallas conectadas a los sensores que le
informaban de todo lo que sucedía en el exterior de la base. Recordó
lo duros que habían sido los primeros meses en Calisto; la vida en
los refugios provisionales y las dificultades en la construcción de
la base. Pero poco a poco, él y sus catorce compañeros, fueron
superando esas dificultades y la base ya era completamente funcional.
La primera recompensa de su duro trabajo fue el desembarco de sus
familias en base Calisto. Estas iban a ser sus primeras Navidades en
familia en tres años.
De
pronto, un destello en una de las pantallas llamó su atención.
-¿Qué
diablos es eso?
Hizo
varias comprobaciones para asegurarse que no se trataba de un error
de los sensores y cuando confirmó lo que estos indicaban pulsó el
botón que le comunicaba con el departamento de seguridad de la base.
-Aquí
seguridad, informe.
Raúl
reconoció la voz de Wang Tse, el jefe de seguridad.
-Aquí
observación, se acerca un objeto no identificado por el sector
espacial 01.
-¿Qué
clase de objeto?
-No
identificado. Lo único que puedo decir es que es muy pequeño y...
-¿Qué?
-Está
decelerando.
-¿Como
dice?
-Está
decelerando.
-Vengo
enseguida.
Wang
entró en la cabina de observación dos minutos más tarde.
-¿Donde
está?- preguntó mirando las pantallas.
-Acaba
de aterrizar.
-Querrá
decir que acaba de impactar en la superficie.
-Quiero
decir que ha aterrizado, ya le he dicho que estaba decelerando. Se ha
posado a un kilómetro de la base.
-No
veo nada, ¿esta seguro de...?
-Ha
desaparecido de los sensores al tocar la superficie...¡Un momento,
alguien acaba de entrar en la base!
Wang
observó la pantalla que Raúl le indicaba y pudo ver un destello en
la pantalla que monitoreaba la entrada del sector 12, duró dos
segundos y desapareció.
-¿Donde
se ha ido?
-¡Aquí!-
respondió Raúl señalando otra pantalla.- ¡Ha entrado en el sector
habitacional!
Wang
cogió el comunicador que colgaba de su cinturón.
-Atención,
todo el equipo de seguridad diríjanse al sector habitacional. Alerta
de intruso, repito, alerta de intruso.
-¿Como
puede moverse tan rápido?- Dijo Raúl.- Está entrando en todas las
unidades familiares, no entiendo como no ha hecho saltar ninguna
alarma. Ya ha recorrido la mitad del sector.
-¿Ha
atacado a alguno de los ocupantes?
-Negativo,
los signos de vida de todos siguen estables. Ya ha pasado por todas
las unidades y vuelve al sector 12.
Wang
usó el comunicador una vez más.
-Atención
seguridad, dirijanse al sector 12, el intruso va hacia allí.
-No
lo atraparán, se mueve como un rayo. Ha salido al exterior... El
objeto no identificado de antes, está despegando... se aleja...Ha
desaparecido de los sensores.
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Media
hora mas tarde, Wang informaba a sus compañeros.
-Nadie
ha sufrido daño, ningún aparato ha sido manipulado y nada ha sido
robado, mas bien todo lo contrario...varios regalos han sido
depositados en las habitaciones de los niños de la base. Si no fuera
porque es imposible diría que...¡No, es absurdo!
-¿Absurdo?-
intervino Raúl que acababa de entrar en la sala con un folio de
papel.- Mira esto. Es una imagen del objeto desconocido que ha podido
captar uno de nuestros satélites.
Raúl
dejó el folio encima de la mesa y todas los asistentes contemplaron
estupefactos la imagen de un trineo tirado por una recua de renos
alejándose de la tenue atmósfera de Calisto.
FIN
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