UNO
Salió
de la ducha y se encaró al espejo con intención de afeitarse, pero
la imagen que le devolvió la pulimentada superficie no era la suya.
Y no se trataba de una idea metafórica, realmente el tipo que le
miraba desde el espejo no era él. En lugar de un apuesto joven negro
de 20 años veía la imagen de un caucásico cuarentón de calva
incipiente.
-Se
que últimamente mi vida es un lio y que a veces ya no se ni quien
soy, -dijo en voz alta -pero esto es absurdo.
-seruj
ol euq iN. -respondió el tipo del espejo.
En
ese momento llamaron a la puerta. Se sobrepuso a la extraña
situación y fue a abrir. Le saludó un tipo vestido con un mono
azul.
-Buenos
días -dijo. -He venido a arreglar el problema con los espejos.
-¿El
problema...?
-Si,si.
Durante la tormenta de ayer, un rayo cayó sobre la azotea y
des-sintonizó todos los espejos del edificio. ¿Me permite entrar
en su baño?
Acompañó
al tipo hasta el baño. En el espejo seguía viéndose al caucásico
cuarentón.
-Ya
veo -dijo el tipo del mono azul. -Este es el vecino del 3º-2ª.
Saco
un mando a distancia de su bolsillo y apretó varios botones. La
imagen del espejo cambió para mostrar a una adolescente con el pelo
teñido de verde, envuelta en una bata de baño.
-¿odnarim
nátse euQ? ¡eH!
El
del mono azul volvió a pulsar varios botones y la imagen volvió a
cambiar para mostrar, esta vez si, su propia imagen reflejada.
-Bueno,
esto ya está arreglado. Discúlpeme, debo irme ya, tengo más de
medio edificio por revisar aún.
Le
acompañó hasta la puerta.
-Y
no se preocupe por la factura -añadió mientras desaparecía
escaleras abajo. -Esto lo cubre el seguro del edificio.
DOS
Miró
estupefacto a su alrededor, no tenía ni idea de como había llegado
hasta allí, hacía unos segundos estaba en la terraza del bar “El
Sol” tomando una caña acompañada de unos boquerones y de pronto
estaba...¿Donde?
Sin
duda se trataba de una estación de ferrocarril subterránea. Pero
era la estación más rara que había visto nunca. Todo era de un
blanco impoluto y no se observaban accesos de entrada, lo que
aumentaba el desconcierto sobre como había llegado a ese lugar.
Tras
unos minutos de espera llegó un tren, decidió subirse, ya que no
veía otra forma de salir de ese lugar, pero cuando las puertas del
transporte se abrieron, un revisor le impidió el paso.
-¿Puedo
ver su billete?
-¿Billete?
No, no tengo. El caso es que... Se que no se lo va a creer pero no se
como he llegado hasta aquí.
-¿Cómo
que no lo sabe? Como si acceder a este sitio fuera tan sencillo.
-No
te preocupes Fermín, a este lo he convocado yo -dijo una voz a sus
espaldas.
Se
giró y vio a un hombre que aparentaba unos 50 años, debía medir
1.60m más o menos, calvo y con bigote.
-¡Joder
Zaxx! ¿Cómo tengo que decirte que no uses la estación para tus
tejemanejes -dijo Fermín.
-¿Y
donde quieres que les convoque? Los lugares místicos neutrales no
abundan.
Fermín,
el revisor, respondió con un bufido, cerró las puertas y el tren se
puso en marcha y desapareció en el túnel.
Se
encaró con el tal Zaxx.
-¿Qué
quiere decir con eso de que usted me ha convocado aquí? Y por
cierto...¿Donde es aquí?
-Está
usted en la Estación de Tránsito.
-¿De
tránsito entre donde y donde?
-Entre
la muerte y la vida después de esta.
-¿Cómo
dice?
-Todo
ser inteligente del universo pasa por aquí después de morir para
dirigirse a su nueva vida.
-Ya,
claro. ¿Y donde está eso?
-Depende
de las creencias de cada cual. Su destino puede ser el Paraíso, la
reencarnación o...la nada.
-¿Y
usted me ha traído hasta aquí?
-Así
es.
-¿Porqué,
es que estoy muerto?
-No,
no está muerto, le quedan aún muchos años de vida. Le he traído
hasta aquí para que se convierta en uno de mis fieles.
-¿Perdón?
-Déjeme
explicarle. Me llamo Zaxx, y estoy sacándome el título de Dios.
-¿De
Dios?
-Si,
y no crea que es fácil, hay que pasar unas pruebas durísimas antes
de alcanzar el estado de Divinidad.
-¿Pruebas?
-Si,
concretamente tres pruebas. La primera es trascender de la envoltura
física, es decir, convertirse en energía pura. Solo esa prueba ya
me llevo 300 años. La segunda es crear un mundo para que lo habiten
tus fieles, esa me llevo 500 años más. Manipular la materia sin un
cuerpo físico es complicadísimo. Y la tercera es conseguir los
fieles para habitar ese mundo. Por eso está usted aquí.
-¿Quiere
que me convierta en un creyente del dios Zaxx y me vaya a vivir al
mundo que usted ha creado? Aunque me lo creyera, dígame una cosa.
¿Cuantos fieles ha conseguido ya?
-En
realidad ninguno. Acabo de empezar la tercera prueba. Usted es el
primer convocado.
-¿Y
porqué ha de buscar fieles por ahí? Yahvé creó al hombre a su
imagen y semejanza. ¿Porqué no hace lo mismo?
-Yahvé,
Yahvé...No debería creerse todo lo que lee, amigo. Bueno, ¿qué me
dice? Piense que al ser el primero figuraría usted con letras de oro
en mi Libro Sagrado, como el primer hombre. Además podría elegir el
lugar de mi mundo que más le gustara.
-Mire,
déjelo estar, es que se da la circunstancia de que soy ateo y no me
parece correcto...
-¿¿ATEO??
¡Y me lo dice ahora, después de soltarle toda la perorata! ¿Es que
cree que puedo perder el tiempo de ese modo? ¡Solo tengo 1000 años
para cumplir con la tercera prueba!
De
pronto se encontró de nuevo en la terraza del bar “El Sol”,
frente a su caña y sus boquerones, preguntándose si había hecho
bien rechazando la oferta de Zaxx. Después de todo, figurar el
primero en un libro sagrado no sonaba tan mal.
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