Memorias de un vampiro
Especial verano 2012 (I)
Sangre Pura - Cap.1
Soy
Víctor, el vampiro. Muchos de vosotros ya me conocéis gracias a la
publicación de mis anteriores aventuras. Los hechos narrados en este
escrito empezaron unos seis meses después de que Ruth, mi compañera,
y yo regresáramos de nuestra aventura en Haití.
Seguíamos
viviendo junto a Marcos y Sandra, otra pareja de vampiros que también
recordareis. Por otro lado, Héctor y Thomas también se habían
instalado en la gran manzana desde hacía menos de un mes, en un
apartamento cercano a Central Park.
De
alguna manera, todos los vampiros con los que me había relacionado
desde mi conversión habían acabado juntos en el mismo punto
geográfico. Eso me daba una sensación de seguridad, eramos como una
familia cuyos miembros permanecían cerca unos de otros para ayudarse
en caso de necesidad. Poco podía yo sospechar los hechos que
envolverían a esa familia, junto a otros curiosos personajes, en
otra extraña aventura.
Todo
empezó una madrugada en que Ruth y yo regresamos a casa después de
nuestras correrías nocturnas y nos encontramos a Sandra sola y muy
asustada.
-¿Sandra,
qué sucede? ¿Donde está Marcos?-pregunté.
-No
lo se. Nos separamos porqué yo quería ir de compras y a el no le
apetecía. Al volver me he encontrado la casa vacía. Está a punto
de salir el sol y aún no ha dado señales de vida.
-Marcos
nunca sale sin su móvil. ¿Le has llamado?
-Varias
veces. No responde.
Le
llamé usando mi propio móvil pero me respondió la centralita
diciendo que el aparato de Marcos estaba apagado o fuera de
cobertura. El sol ya se había levantado por encima del horizonte,
podíamos sentirlo aunque las ventanas estaban bien cerradas. El
sueño diurno nos dominaba, nada podíamos hacer en esos momentos así
que aconsejé a las chicas que nos acostáramos y que la noche
siguiente buscaríamos a Marcos.
-No
te preocupes-le dije a Sandra.-Marcos sabe cuidarse. Seguro que
mañana le encontraremos y nos dará una explicación.
Nos
despertamos todos al ocaso. Eso es normal en mi, pero tanto Ruth como
Sandra siempre despiertan casi una hora después del anochecer, eso
era una prueba de lo preocupados que estábamos todos. Esperamos un
par de horas por si volvía nuestro amigo, pero no apareció y su
móvil seguía sin cobertura, por lo que salimos a la calle para
buscarle.
Sandra
nos llevó hasta el lugar en que se separaron la noche anterior y
entre todos empezamos a seguir el rastro del aura de Marcos. Entre
los tres nos fue fácil seguir la pista, que nos llevó hasta el
metro.
-Ya
sé donde encontrarlo-dije.- Seguro que se habrá refugiado en la
misma estación abandonada que usé yo la noche en que me atacó
Victoria.
Nos
adentramos en los túneles, por suerte a aquellas horas había poca
gente y no llamamos la atención. Al llegar a la estación
descubrimos a Marcos acurrucado en un rincón.
Algo
extraño le había pasado. Su negra cabellera se había vuelto blanca
y profundas arrugas cruzaban su rostro, tenía el aspecto de un
anciano.
-¿Qué
te ha pasado, quién te ha hecho esto?-preguntó Sandra entre
sollozos abrazándolo.
-No
lo se-respondió con voz temblorosa.- Estaba alimentándome con una
hermosa jovencita cuando sentí un pinchazo en el cuello. Me llevé
la mano a ese punto y encontré esto.
Marcos
nos mostró un pequeño dardo de madera, de unos tres centímetros.
-Inmediatamente
empecé a sentirme mal, mareado y desorientado-dijo.- No se como me
encontré frente a una entrada del metro, estaba a punto de amanecer,
recordé como llegar hasta aquí por las indicaciones que me dio
Víctor hace tiempo y busqué este refugio.
Estudié
el dardo pero nada en su aspecto me dio ninguna pista. Lo acerqué a
mi nariz y sentí un olor peculiar que no me recordó a nada
conocido.
Ayudamos
a Marcos a levantarse, estaba tan débil que casi no podía caminar.
Salimos al exterior y con la ayuda de los demás, Marcos consiguió
alimentarse. Elegimos a un hombre joven y fuerte para que su sangre
le diera más energía. Su aspecto mejoró ligeramente, sus cabellos
que un momento antes eran blancos se volvieron grises y las arrugas
de su rostro se atenuaron un poco.
-¿Qué
haremos ahora?-preguntó Sandra.
-¿Ninguna
de vosotras se ha encontrado nunca con algo parecido?-pregunté.
Ambas
negaron con la cabeza.
-Entonces
propongo que consultemos con Héctor y Thomas. Héctor tiene casi dos
mil años, tal vez haya visto antes estos síntomas y Thomas era un
erudito del Club Jano antes de que yo lo convirtiera. Con suerte, uno
de los dos podrá darnos una solución.
Por
el camino llamé a Thomas. Le expliqué lo sucedido y le avisé de
que íbamos para allá.
-Espero
que no suponga un problema.-dije recordando el elevado sentido de la
territorialidad de Héctor.
-Tranquilo-respondió.-
Hablaré con el. Además, ya sabes que le tiene un cariño especial a
Marcos, después de todo él le creó.
Ni
Héctor ni Thomas habían visto algo parecido.
-No
se que pueda ser-dijo Héctor.-Jamás he visto algo parecido ni he
oído hablar de ello.
-Yo
tampoco-añadió Thomas.- Pero el uso de este tipo de armas parece el
estilo de Causa Aquea.
-Pero
no podemos estar seguros-dije.
-No,
pero este dardo es la única pista que tenemos, a través de él
podríamos encontrar al causante del mal que padece Marcos.
-¿Y
como vamos a hacerlo? Ese dardo lo ha disparado un humano, ya que no
tiene restos de aura alguna.
-Pues
contratando a un experto.
-¿Un
experto?
Thomas
buscó en su billetera y extrajo una tarjeta de visita y me la
tendió. La cogí y pude leer:
JOHN
SMITH
V.P.I.
555-4376
-------------------
John Smith V.P.I.
Especial
verano 2012
Sangre Pura - Cap. 2
Soy
Nadia Sirinova, licántropa y ayudante del detective vampiro John
Smith. Espero que nos recordéis a ambos por nuestra aventura contra
el demonio primigenio Gort.
Estaba
ultimando el informe sobre ese caso para nuestros archivos cuando
sonó el teléfono.
-Despacho
del detective Smith, le habla Nadia. ¿En qué podemos ayudarle?
-Al
habla Thomas Simpson. ¿Puede ponerme con John?
-Un
momento, no cuelgue por favor.- Tapé el auricular con la mano y le
hice una seña a John que estaba leyendo el periódico al otro lado
del despacho.
-¿Quién
es?-preguntó.
-Un
tal Thomas Simpson, quiere hablar contigo.
-¿Thomas?
Ya te hablé de él.
-¡Oh,
ese Thomas!
-Pásamelo.
Pasé
la llamada al terminal de John y estuvo un buen rato escuchando.
-Acepto
el caso, amigo. Vamos para allá enseguida.
John
anotó la dirección que le dio Thomas y partimos sin demora. Durante
el trayecto me explicó el caso del vampiro Marcos.
-Debemos
encontrar a la persona que lanzó ese dardo y, si es posible, el
antídoto.
Llegamos
al lugar y Thomas hizo las presentaciones. Al principio me sentí un
poco alterada entre tantos chupasangres, pero al rato vi que no
tenían nada contra mi, mas bien parecía divertirles que uno de su
especie estuviera aliado con un licántropo.
El
llamado Héctor, al cual los demás parecían respetar mucho, entregó
el dardo a John, que lo estudió detenidamente.
-Nunca
había visto un arma de estas características, a excepción de las
películas. Parece el típico dardo que se lanza con una cerbatana.
-Eso
habíamos pensado nosotros-dijo Thomas.- Sospecho que puede ser cosa
de Causa Aequa.
Ante
la extrañeza de John, Thomas nos puso en antecedentes sobre esa
organización. (1)
-Bien,
veré que puedo averiguar. Os mantendré informados. Me llevaré el
dardo, puede hacerme falta.
-No
hay problema-dijo Héctor.-Ten, aquí tienes tu anticipo. No repares
en gastos, el dinero no es problema.
-Bueno
es saberlo. Vamos, Nadia. Tenemos trabajo.
De
vuelta al despacho John conducía en silencio, pensativo.
-¿Por
donde crees que debemos empezar?-pregunté.
-La
verdad, ni idea. Por lo que sabemos de esa organización, el tipo que
disparó ese dardo puede llevar años en la ciudad y tener una buena
tapadera. Y no creo que la red habitual de soplones puedan ayudarnos,
no se trata de mafiosos, no creo que nadie haya oído hablar de
ellos.
-Puedo
intentar seguir su rastro.
-¿Serás
capaz? El aura de un humano apenas deja rastro y se difumina
rápidamente.
-Me
refiero a su olor. Pero antes tendré que transformarme para
identificarlo, demasiada gente ha tocado ese dardo y en mi forma
humana mis sentidos no son tan finos.
-Bien,
vale la pena intentarlo.
Al
llegar al despacho John me entregó el dardo. Lo olisqueé pero, como
supuse, no pude separar los distintos olores que lo impregnaban. Me
saqué el vestido antes de transformarme.
-¿Porqué
haces eso?
-John,
ahora mido 1,70, pero en mi forma lupina alcanzo los dos metros. Ese
vestido es de Prada, no pienso destrozarlo.
Me
transformé ante la pasmada mirada de John, era la primera vez que
veía el cambio, creo que quedó muy impresionado.
-¡Vaya,
es increíble!
No
respondí, en mi forma lupina es imposible pronunciar palabras
humanas. Cogí el dardo y lo acerqué a mi hocico. Esta vez pude
distinguir perfectamente los diferentes olores que impregnaban el
pequeño objeto, distinguí el olor de cada uno de los vampiros del
grupo que nos contrató, así como el de John y el mio propio. Entre
todos ellos había dos que aún no había identificado, uno era sin
duda el del veneno que estaba afectando a Marcos, el otro era un
rastro humano, solo podía ser del hombre que había disparado el
dardo. Regresé a mi forma humana.
-Lo
tengo, si lo encuentro de nuevo podré identificarlo.
-De
acuerdo, buen trabajo. Vístete y vamos al lugar donde Marcos recibió
ese dardo.
Cuando
llegamos al lugar, encontramos un cordón policial. Sin duda habían
encontrado el cadáver de la chica a la que había atacado Marcos. No
fue ningún obstáculo, pude encontrar el rastro, una vez
identificado el olor puedo seguirlo incluso en mi forma humana.
El
rastro nos llevó hasta un edificio de apartamentos sin vigilancia,
solo con portero automático. John usó una ganzúa para entrar al
vestíbulo e inspeccionó los buzones.
-¿Qué
buscas? No sabemos el nombre de ese tipo.
-No
estoy seguro. Tal vez...¡Aquí! Ese es.
Miré
el buzón que señalaba mi compañero.
Peter
Rock / 8º-5ª.
-¿Qué
te hace suponer que es él?
-Recuerda
que están financiados por el Vaticano, esos tipos son fanáticos
religiosos.
-¿Y...?
-Jesús
le dijo a Pedro que él sería la piedra sobre la que levantaría su
iglesia. Peter es Pedro en inglés. Pedro significa piedra. Y el
apellido es Rock, es decir roca. Está claro que es un nombre falso.
-¿Vamos
por el?
-No,
es tarde, faltan solo un par de horas para el amanecer y yo aún no
he cazado. Volveremos mañana, cuando tengamos toda la noche por
delante para hacerle hablar.
--------------------
La
noche siguiente volvimos al lugar y subimos al 8º piso y nos
detuvimos en la puerta 5.
-Tenías
razón-dije.- Es aquí, su olor impregna el lugar.
John
pulsó el timbre.
-¿Quién
es?- se oyó.
-¿Sr.
Peter Rock? Somos de la compañía del gas.
Se
abrió la puerta y pudimos ver a un hombre alto y fornido, de pelo
negro muy corto. Sin darle tiempo a nada, John le atizó un directo a
la mandíbula que le hizo perder el conocimiento. Lo llevamos al
interior del apartamento y le atamos a una silla. John lo despertó
con un par de cachetes.
-¿Quién
sois, qué queréis?-preguntó.
John
se puso frente a él y le mostró el dardo.
-Empieza
a hablar o atente a las consecuencias.
-No
diré nada.
-Mira,
muchacho. Soy un tío pacífico, no me gusta nada la violencia, pero
mi compañera es muy distinta. Si no empiezas a hablar tendré que
dejarte en sus manos.
El
tipo me miró y sus labios dibujaron una sonrisa.
-¡Huuuuy,
qué mieeeeedo!
-Muy
bien, tu lo has querido. Nadia, es todo tuyo.
Me
puse frente a él y me transformé. En previsión, me había vestido
con ropa holgada, así que no tuve que desnudarme en esta ocasión.
El tipo se orinó encima y empezó a cantar como un jilguero.
Averiguamos
que el veneno había sido sintetizado en un laboratorio del Vaticano.
Actuaba destruyendo los glóbulos rojos de la sangre, literalmente
transformaba la sangre en agua, de forma lenta pero continuada. No
existía ningún antídoto. Encontramos un pequeño frasco con una
muestra del veneno en el cajón de un mueble. Fue todo lo que pudimos
sacarle, no sabía nada más.
-¿Qué
vamos a hacer ahora con él?-pregunté.
-No
te preocupes, yo me encargo. Vete, espérame en el coche.
Así
lo hice, al poco rato John salió del apartamento y puso el coche en
marcha. No quiso decirme lo que había hecho con Peter Rock, pero esa
noche, John no salió de caza.
Regresamos
al apartamento de nuestros clientes y John les hizo un informe de lo
que habíamos averiguado y les entregó el frasco con el veneno.
-Supongo
que pueden hacerlo analizar por un laboratorio, pero tendrán que dar
muchas explicaciones, tendrán que buscar a alguien de confianza.
Héctor
cogió el frasco y lo estudió durante un rato.
-¿Se
os ocurre algo?- preguntó a los demás.
El
llamado Víctor cogió el frasco de las manos de Héctor y sonrió.
-Creo
que conozco a la persona perfecta para ayudarnos. Además, me debe un
favor.
(1)
Ver Causa Aequa (Memorias de un vampiro-3)
Memorias de un vampiro
Especial verano 2012 (II)
Sangre
Pura - Cap. 3
-Vamos
a ver, Víctor. ¿A quién conoces que pueda ayudarnos en este
asunto?- me pregunto Héctor cuando John y Nadia se marcharon.
-Ruth,
Sandra y Marcos también la conocen, y Thomas y tú habéis oído
hablar de ella.
-¿Ella?
¿Es una mujer?
-Fue
una mujer pero ya no lo es. Está bien, no pongáis esas caras, os
diré de quien se trata. Estoy hablando de Victoria.
-¿Victoria?-preguntó
Thomas.- ¿La bruja que te ayudé a combatir? (1)
-Y
a la que luego ayudamos a recuperar sus cosas para su heredera. Por
eso digo que me debe un favor. (2)
-¿Quieres
pedir ayuda a un fantasma?
-Fantasma
o no, es una bruja. Seguro que sabe mucho de venenos.
-No
me convence mucho-dijo Ruth.
-Tampoco
perdemos nada con probarlo.
-Que
lo intente-dijo Sandra.- Lo que sea con tal de curar a Marcos.
Pactaré con el mismo diablo si hace falta.
Dicho
y hecho. Cogí el coche y me encaminé a la casa donde vivían la
hermana y la sobrina de Victoria. Aparqué frente a la casa y esperé.
-¿Qué
estas haciendo aquí, sanguijuela?
El
fantasma de Victoria había aparecido de pronto en el asiento del
copiloto.
-Hola,
Victoria. ¿Que tal Vanessa, es buena alumna?
-Aprende
deprisa. ¿Qué quieres?
-Tu
ayuda, para salvar a un amigo.
-¿Porqué
tendría que ayudarte?
-Me
lo debes. Por recuperar tus cosas.
-Odio
admitirlo, pero tienes razón. El código de mi hermandad me obliga a
pagar esa deuda. ¿De qué se trata?
Le
expliqué el caso.
-¿Tienes
el veneno aquí?
Le
mostré el frasco.
-Sígueme.
Victoria
me guió a través del jardín de la casa hasta la parte trasera.
Allí vi una gran caja que contenía varios juguetes de la niña.
-Deja
el frasco dentro de la caja. Mañana haré que Vanessa lo recoja y lo
analice bajo mi dirección. Por la noche tendré el resultado.
Hice
lo que me pedía y regresé a casa a comunicarles a los demás lo que
Victoria me había dicho.
--------------
La
noche siguiente no tuve que desplazarme. Victoria se presentó en
nuestra casa. Parece ser que no quería a ninguno de nosotros cerca
de Vanessa. Pude comprobar que, al igual que yo, todos mis compañeros
podían ver y oír a Victoria.
-¿Qué
tienes?-pregunté.
-El
veneno está compuesto por los alcaloides de varias plantas más
algunos componentes químicos artificiales. Es muy potente y de
composición muy compleja. Tardaría varios años en sintetizar un
antídoto.
-¿Quieres
decir que Marcos no tiene cura?-intervino Sandra. -No puedo
aceptarlo.
-No
he dicho eso. Hay una posibilidad.
-Habla.
-Con
vuestra especie, todo se reduce a una sola cosa. La sangre. Si Marcos
toma un poco de sangre pura se curará.
-¿Te
refieres a un “pura sangre”, un nacido vampiro?- dijo Thomas.
-Si.
-Los
pura sangre no existen, son una invención literaria. Todos los
vampiros han sido convertidos por otro vampiro. Incluso Héctor, el
mas anciano de nosotros.
-¿Todos?-preguntó
Victoria mirándome directamente.
-Todos,
excepto el primero-respondí comprendiendo a que se refería.
-¿Os
referís a Artán?-intervino Thomas.-Pero Artán está muerto, se
suicidó en el siglo II. (3)
-Conozco
un hechizo con el que puedo enviar la forma astral de uno de vosotros
a los tiempos en que Artán fue convertido.
-¿Y
qué solucionaríamos con eso? Aunque el viajero encontrara a Artán
y le convenciese de darle algo de su sangre... ¿como traerla hasta
aquí?
-El
viajero astral podrá poseer, durante breves periodos de tiempo, a
otras personas. Si la persona poseída bebe la sangre del primigenio,
el viajero podrá traer en su forma astral las cualidades de la
misma, pasándolas a su cuerpo. Marcos solo deberá beber del cuerpo
del viajero.
-¿Porqué
no enviar al propio Marcos?
-Está
demasiado débil. Si lo separamos de su cuerpo morirá.
-Iré
yo-dijo Sandra.-Es mi compañero, el hombre al que amo. Yo debo hacer
ese viaje.
Victoria
miró a Ruth.
-Tendré
que poseerte durante un rato.
-¿Porqué,
y porqué a mi?
-Para
formular el hechizo, necesito pronunciar fórmulas y realizar pases
mágicos, para ello necesito un cuerpo, y ha de ser un cuerpo
femenino. Si la que va a viajar es Sandra, solo quedas tú.
A
regañadientes, Ruth aceptó.
-¿Qué
seguridad tengo de que abandonarás mi cuerpo cuando termines?
-Tranquila,
tu cuerpo no me interesa, además, tengo otras obligaciones en otra
parte.
Sin
más dilación vimos como el espíritu de Victoria se introducía en
el cuerpo de Ruth. En ese momento algo cambió en el aspecto de mi
compañera. Lo más destacable fueron sus ojos, que pasaron del azul
al verde esmeralda que tenían los de Victoria. También su rostro
cambió, pero fue un cambio sutil, continuaba siendo el rostro de
Ruth pero, de algún modo, no lo era.
-Necesitaré
velas-dijo.
Sandra
sacó dos velas de un cajón y se las entrego a Victoria/Ruth. Esta
se sentó en el suelo y le indicó a Sandra que hiciera lo propio
frente a ella.
-Te
enviaré a donde deseas ir, cuando hayas cumplido tu misión solo
debes desear volver a tu cuerpo y regresarás de inmediato. Debes
comprender que hay peligro. Si algún hechicero de esa época te
detecta, podría retenerte y ya no podrías volver.
-Me
enfrentaré a lo que sea.
-Bien,
empecemos.
Victoria/Ruth
se sentó en el suelo, hizo que Sandra se sentara frente a ella, puso
la vela en una palmatoria y la encendió dejándola entre las dos.
Cerró los ojos y empezó a murmurar en una lengua extraña. Sus
manos se movían adoptando poses imposibles en una extraña danza
estática mientras el murmullo se fue transformando en un cántico.
Poco después, pudimos ver como la forma astral de Sandra se separaba
de su cuerpo, permanecía durante unos segundos flotando en el aire y
finalmente se difuminaba.
Victoria
se separó de Ruth, que emitió un profundo suspiro, como si hubiera
estado aguantando la respiración.
-Mantened
la llama encendida, esa llama es su guía. Si la vela se consume,
encended otra con la llama de la primera y colocadla en su lugar. Ya
nada más puedo hacer.
Me
miro directamente.
-Estamos
en paz-me dijo.
-Estamos
en paz-respondí.
-Recordad,
que no se apague la llama.
Y
de golpe, desapareció.
- Ver La bruja (Memorias de un vampiro-6)
- Ver Reencuentros (Memorias de un vampiro-9)
- Ver El Primigenio (Memorias de un vampiro-5)
Arex de Vanaheim
Especial verano 2012
Sangre
Pura Cap.4
Arex
y Asha estaban en una taberna bebiendo sendas jarras del fuerte vino
aristano, celebrando el éxito de su aventura en Tierras Baldías.
(1)
De
pronto, Arex observó un repentino cambio en la mujer. Su rostro
experimentó un cambio, era un cambio sutil, casi inexistente, seguía
siendo el rostro de Asha, pero no lo era. Notó como el vello de su
nuca se erizaba a causa del temor que le producía la brujería cada
vez que se topaba con ella.
-¿Quién
eres, qué has hecho con Asha?
-Eres
muy observador. ¿Cual es tu nombre?
-Soy
Arex.
-Mi
nombre es Sandra. Tranquilo, tu compañera está bien. No puedo
permanecer mucho rato dentro de su cuerpo, así que me daré prisa,
necesito vuestra ayuda.
-¿Nuestra
ayuda para qué? No me gusta mezclarme con la brujería.
Sandra
explicó a Arex los motivos de su presencia en ese tiempo.
-Puedo
simpatizar con la fidelidad que tienes con los tuyos, pero ¿Porqué
debo ayudarte? No eres mas que una especie de demonio asesino.
-Por
lo que puedo leer en la mente de Asha, tú también has matado a
muchos hombres.
-Es
diferente, yo no me alimento de ellos.
-Te
pagan por matar y usas ese dinero para comprar comida. Te alimentas
de esas muertes, como yo.
-No
lo veo de ese modo.
-Os
pagaré.
-¿Como?
Dices que solo has viajado con el espíritu. No has podido traer nada
contigo.
-Veo
en la mente de Asha que además de mercenarios, sois ladrones y que
queríais robar una joya en un palacio de esta ciudad, pero habéis
desistido porqué esta demasiado bien custodiada.
-El
corazón rojo. Un rubí grande como mi puño.
-Os
ayudaré a robarlo, a cambio me ayudareis a encontrar a Artán. Asha
cree que es un buen trato. Además, ¿Que importa lo que podamos
hacer mis amigos y yo? Nos separan 12.000 años, no os afectará en
nada.
En
ese momento Asha soltó un profundo suspiro y su rostro recuperó la
normalidad.
-¡Por
Lug y por Lida, que experiencia tan rara!
-¿Asha?
-Si,
soy yo. Sandra me ha liberado, pero por lo que se de ella aún esta
junto a nosotros.
-¿De
verdad crees que es un buen trato aliarnos con ese demonio?
-No
es un demonio, créeme, he visto su mente como ella ha visto la mía.
Es una víctima, no escogió ser lo que es, fue convertida por otro
ser como ella.
-Sabes
que soy reacio a relacionarme con la brujería, recuerda nuestra
experiencia en el templo de Sharag. (2)
-Miralo
de este modo: es alguien que ha emprendido un peligroso viaje para
ayudar a un amigo. ¿No te aliarías tú con cualquiera por ayudar a
un amigo?
-Esta
bien, si esa Sandra nos consigue el corazón rojo, buscaremos al tal
Artán para ella.
-Sabia
que entrarías en razón. Vamos, Sandra tiene un buen plan, antes de
que amanezca el corazón rojo será nuestro.
Arex
siguió a Asha fuera de la taberna. Cuando entraron en el barrio
donde los nobles y los ricos tenían sus residencias comprendió que
se dirigían al palacio del duque Feng, propietario del corazón
rojo. Dieron la vuelta a la casa y se detuvieron frente a una puerta
trasera.
-¿Cual
es el plan?
-Espera
y verás, será el robo más fácil de tu vida.
Tras
unos minutos de espera, la puerta se abrió y apareció uno de los
guardias que custodiaban los tesoros de Feng. Arex llevó
instintivamente su mano al puño de la espada, pero se detuvo al
observar que el hombre llevaba la joya en sus manos.
Entregándosela
a Asha dijo- Volved a la taberna, yo me reuniré con vosotros en unos
momentos.-Cerró la puerta y oyeron como volvía al interior del
palacio. Arex lo comprendió todo enseguida, Sandra había poseído
al guardia para robar la joya.
Volvieron
a la taberna y esperaron. Media hora después, Arex volvió a
percibir el extraño cambio en el rostro de Asha.
-Ahora
ya tenéis la joya. ¿Me ayudareis?
-Un
trato es un trato. ¿Por donde empezamos?
-Por
un país llamado Nubia. Por unos documentos que sobrevivieron hasta
mi época, sabemos que Artán fue transformado allí, en un templo
del dios Seth.
-Nubia
es un país muy grande. Podríamos empezar por Kaurón, la capital,
allí es donde hay los templos más grandes y donde se concentran los
hechiceros más poderosos.
-Pues
a Kaurón, entonces.
------------
Tardaron
quince días en llegar a Kaurón. Durante el viaje Arex y Asha
consiguieron vender la joya a un comerciante de Nissia, el país
vecino de Nubia, y ahora sus bolsas estaban repletas. Sandra, que
estaba encantada por poder ver de nuevo el sol, que no le afectaba en
su forma astral, no había vuelto a poseer a Asha pero esta había
desarrollado la capacidad de sentir la presencia de la vampira, de
modo que sabía que estaba con ellos y que oía todo lo que hablaban.
Buscaron
alojamiento y dejaron los caballos en un establo, después se
encaminaron a la zona de los templos.
El
templo de Seth era enorme y estaba adornado con placas de oro y
piedras preciosas procedentes de todas partes del mundo. Dentro, una
estatua de medidas colosales presidía la estancia de oración.
Representaba a una cobra y estaba recubierta con pan de oro y su ojos
eran dos enormes rubíes. Un sacerdote vestido con una túnica negra
reparó en su presencia y se acercó a ellos.
-Sed
bienvenidos al templo de Seth, peregrinos. ¿En qué puedo...?
¡Ooooh! ¿Quién eres tú?
El
sacerdote miraba a algún punto al lado de ellos, comprendieron que
podía ver a Sandra y hablaba con ella.
-¿Puedes
verme y oírme, sacerdote?-preguntó Sandra sorprendida.
-Puedo
verte, si, y oír tus palabras. Veo que eres una de las hijas de
Seth. Y veo que vienes de un lugar muy alejado en el tiempo.
-¿Como
me has llamado?
-Así
llamamos a los de tu raza. Los hijos de Seth. Os consideramos hijos
de nuestro dios ya que él creó al primero de vosotros.
-Precisamente
estoy aquí para encontrar a Artán. ¿Puedes ayudarme?
-Claro,
haré lo que sea por ti, será un honor.
-Entonces
habla, dile a mis acompañantes donde podemos encontrar a Artán.
-Los
sacerdotes de Seth le hemos seguido la pista desde que marchó de
este país. Ahora reside en Nicos, la capital de Nicosia. Vive en un
palacete en el centro de la ciudad.
-Gracias,
sacerdote.
-Cuando
lleguéis, uno de los nuestros os estará esperando, él os llevará
hasta Artán.
-¿Como
sabrá ese hombre a tiempo de nuestra llegada?-preguntó Arex.
-Tenemos
mensajeros mucho más rápidos que los caballos o los barcos.
Mensajeros que no son de este mundo.
-¡Más
brujería! Que ganas tengo de que acabe todo esto.
--------------
Una
semana después, tras dos días en barco y tres a caballo durante los
cuales tuvieron un breve encuentro con una cuadrilla de salteadores
de caminos quienes se arrepintieron de su decisión de atacar a la
pareja, llegaron a Nicos. Su llegada no pasó desapercibida y
mientras paseaban entre la multitud del mercado un hombrecillo
vestido con una túnica negra se acercó a ellos.
-¿Sois
Arex y Asha?
-Lo
somos-respondió Arex.-Tu debes ser el sacerdote de Seth que nos
esperaba.
-Mi
nombre es Aleb. ¿Esta la hija de Seth con vosotros? No sabéis como
lamento no tener el poder de mi hermano de Nubia y no poder verla.
-Ella
está aquí-respondió Asha.
-Bien,
nos encontraremos aquí mismo al anochecer, entonces os llevaré
hasta Artán.
-¿Porqué
esperar hasta entonces?
-El
sol es letal para los hijos de Seth. Si queréis hablar con Artán
debe ser de noche.
-Es
cierto, lo olvidé.
-No
lo olvidéis, aquí, al anochecer.
Aleb
dio media vuelta y desapareció entre la multitud.
-Bien-dijo
Arex- aprovechemos para comer algo. Con suerte, esta noche acabaremos
por fin con este asunto.
Al
anochecer se encontraron con Aleb, el cual les guió por la ciudad
hasta una casa de dimensiones considerables. Sin duda Artán debía
poseer una fortuna.
-Ahora
os dejo. Mi deber acaba aquí, lo que queráis de Artán debéis
pedírselo vosotros.
Arex,
Asha y Sandra le vieron marchar. Arex llamó a la puerta.
Al
poco rato abrió un hombre alto y atractivo, casi tan musculoso como
Arex, ojos oscuros y pelo negro que llevaba muy corto, a la moda de
Nicosia. Sandra reconoció su aura vampírica.
Era
Artán.
-¿Quién
sois y qué...? ¡Diablos!-Artán estaba mirando a Sandra con cara de
asombro. -Vienes de muy lejos, pequeña.
-Tenía
muchas ganas de conocerte, Artán. Me llamo Sandra, ellos son Arex y
Asha.
Artán
volvió la vista hacia los dos humanos.
-Perdonad
mi descortesía, pasad por favor.
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-¡Doce
mil años! Veo que mi estirpe ha llegado lejos- dijo Artán después
de escuchar la historia de Sandra.- Por supuesto que te ayudaré.
¿Qué debemos hacer?
Una
vez más, Sandra tomó posesión del cuerpo de Asha y habló a través
de sus labios.
-Solo
necesito un poco de tu sangre. Ponla en un recipiente para que yo
pueda tomarla a través de Asha.
-Un
momento-intervino Arex.- ¿Como afectará esto a Asha?
-No
os preocupéis. Las cualidades de la sangre de Artán, su esencia por
decirlo de algún modo, serán absorbidas por mi y podré llevarla
conmigo. A Asha no le afectará en nada, aparte de un mal sabor de
boca.
Artán
cogió una copa de fino cristal de un mueble y la dejó encima de la
mesa. Se hizo un corte en la muñeca y dejó que el rojo líquido
llenara la copa. Una vez llena se la entregó a Asha/Sandra.
La
mujer tomó la copa.
-Es
tu decisión, Asha. No puedo obligarte a beber.
La
mujer se llevó la copa a los labios y la apuró.
Sandra
abandonó el cuerpo de Asha en el momento en que la copa quedó
vacía.
-¡Puedo
verla, Arex. Puedo ver a Sandra!
-Debe
ser a causa de mi sangre- dijo Artán.
-Gracias
por todo Asha y dale también las gracias a Arex.
-Lo
haré Sandra.
-Gracias
también a ti, Artán, has sido muy amable.
-¿Para
que está la familia sino?
-Adiós
a todos.
El
espíritu de Sandra de difuminó lentamente ante los ojos de Asha y
Artán. Solo Arex se perdió su partida, pero la intuyó y respiró
aliviado.
- Ver: Arenas Rojas II
- Ver: Los colmillos de Sharag
Memorias
de un vampiro
Especial
verano 2012 (III)
Sangre Pura – Epílogo
Ruth
estaba sentada en el suelo, frente al cuerpo de Sandra. Llevaba ya 52
horas ausente, todos se habían ido turnando para cuidar de ella y
vigilar que la llama no se apagase. Cada vez que una vela estaba a
punto de extinguirse, encendían una nueva con la llama de la
anterior.
-¿Ruth?
-¡Sandra,
has vuelto!
-Y
traigo la cura. ¿Como está Marcos?
-Está
muy débil. Empezábamos a temer que no llegarías a tiempo, llevas
más de cincuenta horas ausente.
-¿Cincuenta
horas? Para mi ha pasado casi un mes. Llévame con Marcos.
Ruth
ayudó a Sandra a levantarse ya que su cuerpo llevaba más de dos
días sin cambiar de posición estaba anquilosada.
Entraron
en el dormitorio donde descansaba Marcos. Sentado al lado de la cama
estaba Víctor.
-¡Sandra,
por fin! ¿Lo has logrado?
-Si,
encontré a Artán gracias a unos amigos que hice.
Sandra
se acercó a Marcos. Este tenía muy mal aspecto, su cabellera volvía
a ser blanca y las arrugas de su rostro eran más profundas y
numerosas.
-Ayudadme
a incorporarlo.
Víctor
y Ruth incorporaron a Marcos que abrió los ojos y miró a Sandra.
-Hola
pequeña, te he echado de menos.
-Y
yo a ti. Tienes mal aspecto.
-He
tenido momentos mejores.
-Ya
sabes que hacer-dijo Sandra abrazándole.
Marcos
mordió el cuello de Sandra, estuvo unos segundos sorbiendo su sangre
y se desmayó.
-Vamos,
Ruth-dijo Víctor.-Dejémosles solos.
Salieron
al salón y se sentaron en silencio. Dos horas después Sandra y
Marcos salieron de la habitación, el apoyándose en los hombros de
ella. Marcos había recuperado su aspecto habitual.
-¿Como
te encuentras, compañero?
-Mucho
mejor. Pero me siento débil como un pajarito.
Víctor
y Ruth sonrieron.
-¿Qué
os parece si salimos a dar un paseo?-dijo Víctor.- ¿Me se de un par
que deben tener hambre atrasada!
FIN
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